Verde

Por Hanae Nishizawa.

Verde es un pueblo especial, y como su nombre claramente lo dice, es verde.

Este pueblo se sitúa en un lugar al que se llega abriendo la puerta de la imaginación, que está ubicada más allá del aburrimiento, lejos de la tristeza y definitivamente fuera del rencor. Es un lugar lleno de vida y paz.

Sus casas son “casas árbol” , casas robles y casas toborochis, las calles ,de estilo campestre, son mullidos senderos de musgo, y su plaza está debajo de una fresca sombra de palmeras cuyos banquitos son pequeños pero potentes arbustos.

Todos los edificios de Verde son frescos y acogedores. El más lindo de ellos es la iglesia, construida en homenaje a San Pedro ,en la zona de las grandes hojas que hay entre las piedras del río. La decoración está hecha con un sinfín de largas y coposas enredaderas, las cuales se entretejen en forma de cruz, y se mezclan con las palmas que se alargan cada año. El otro lugar interesante es el edificio de la alcaldía, que no es exactamente un edificio sino un recinto que está al aire libre; allí, todos los días, alrededor de un árbol enorme , hay mesas biodesarmables que se levantan por el rocío del amanecer y desaparecen con la oscuridad de la noche. En el transcurso de este lapso de tiempo, los habitantes deliberan acerca de los beneficios que se merece Verde.

La gente ,por su parte, es muy generosa, comprensiva y educada, siempre súper ecológica y cuidadosa .Sus cuerpos muestran un enramado muy particular, según la edad, y mientras más viejos son, más follaje recubre sus extremidades superiores .Tienen un detalle que los hace diferentes : Su rosa, es decir, su corazón. Su rosa les permite sentir y reflexionar mientras palpita en el lado izquierdo de su pecho.

Los verdeños tienen costumbres muy raras para nuestros ojos, como por ejemplo vivir entre las plantas y tratarlas como hermanas ó permanecer a la intemperie los días lluviosos disfrutando cada gota de vida.

En cuanto al transporte , todos van a pie a todas partes, ya que el sol abrasador los hace florecer y brillar y sus raíces no son pesadas de mover.

Puede ser que para algunos esto sea una locura, pero cuando algún extranjero llega a Verde sabe que todo es posible, entonces abre esa puerta, pasa más allá del aburrimiento, deja atrás la tristeza y el rencor y siente que la vida y la paz comienzan a brotar en cada milímetro de su ser.

¡Verde te espera!